En principio es recomendable evitar medicamentos convencionales que tengan un efecto supresor de los síntomas ya que cronifican el cuadro y debilitan la reacción natural del organismo, pero en caso de urgencia o si está recomendado por otro médico hay que valorar si es conveniente tomarlos o no. Algunos se pueden retirar y otros no, algunos necesitan de una retirada paulatina y otros no, pero hay que individualizar cada caso.