El estrés es una respuesta orientada a nuestra supervivencia: libera gran cantidad de energía que se pone al servicio de nuestro cerebro y nuestros músculos para afrontar un peligro que amenaza nuestra vida. Pero pasaron los años en los que cazábamos mamuts y situaciones como llegar tarde, no encontrar aparcamiento o que nuestro ordenador se estropee genera la misma respuesta -si además añadimos que no lo descargamos de forma física, esa sobreactivación persiste durante horas , días , semanas o incluso meses, y nuestro organismo no está preparado para una sobrecarga como esa.
Si quieres comprender mejor la respuesta de estrés y algunas medidas para mejorarlo te propongo escuchar los dos últimos episodios de mi podcast «Cuídate: Medicina natural y crecimiento personal» en Spotify o Anchor.
En ellos encontrarás otra forma de entenderlo y como ayudar a que ese ciclo de contracción-expansión ,que caracteriza a todo lo que está vivo, fluya y no se bloquee. Cuando algo se estanca se crean las condiciones para que surja la enfermedad.
Episodio 3: Stress, carga-descarga y ejercicio.
Episodio 4: Técnicas para reducir el estrés (I):
Para terminar, este cuento que siempre me ha resultado muy inspirador.
Forma parte de la recopilación que hizo Anthony de Mello en «El canto del pájaro»:
El rico industrial del Norte se horrorizó cuando vio a un pescador del Sur tranquilamente recostado contra su barca y fumando una pipa.
– «¿Por qué no has salido a pescar?», le preguntó el industrial.
– «Porque ya he pescado bastante por hoy», respondió el pescador.
– «¿Y por qué no pescas más de lo que necesitas?», insistió el industrial.
– «¿Y qué iba a hacer con ello?», preguntó a su vez el pescador.
– «Ganarías más dinero», fue la respuesta.
– «De ese modo podrías poner un motor a tu barca. Entonces podrías ir a aguas más profundas y pescar más peces. Entonces ganarías lo suficiente para comprarte unas redes de nylon, con las que obtendrías más peces y más dinero. Pronto ganarías para tener dos barcas… y hasta una verdadera flota. Entonces serías rico, como yo».
– «¿Y qué haría entonces?», preguntó de nuevo el pescador.
– «Podrías sentarte y disfrutar de la vida», respondió el industrial.
– «¿Y qué crees que estoy haciendo en este preciso momento?», respondió el satisfecho pescador.
http://cuentosqueyocuento.blogspot.com/2007/10/el-pescador-satisfecho.html